martes, 20 de marzo de 2012

Sin guantes


Nos hemos acostumbrado a manejar nuestros teléfonos inteligentes y tabletas con solo acariciar sus pantallas. Atrás quedaron los punteros o hacer presión con los dedos.
A cambio, nuestra piel se ha convertido en la herramienta para dar órdenes a muchos dispositivos. Eso implica que nos olvidemos de guantes y otros accesorios que impidan el contacto directo con las pantallas. ¿Por qué?
El catedrático de Física Teórica Antonio Ruiz de Elvira explica en 'El porqué de las cosas' que todo se basa en el principio de acumulación y circulación de cargas eléctricas. Nuestro cuerpo es conductor. Al tocar las pantallas de máquinas como las de los iPad, las cargas distribuidas en placas se alteran. Una serie de reglas matemáticas traducen esas alteraciones en instrucciones.