La cuestión no es menor: los datos son la verdadera riqueza de Internet, un maná que las redes sociales han sabido aprovechar dado que el mercado publicitario en la Red está en manos de quienes dispongan de los mejores datos sobre los usuarios.
La prueba de ello se encuentra, precisamente, en las noticias que generan compañías como Facebook, camino de salir a Bolsa con unosamplios márgenes de beneficio gracias a la publicidad y los videojuegos 'online', y que ha visto cómo su valoración se dispara hasta los más de 100.000 millones de dólares.
Recientemente, Google anunciaba la unificación y simplificación de sus políticas de privacidad de cerca de 60 servicios diferentes, tales como Gmail, YouTube o Picasa. En la práctica, la compañía informa de que a partir del 1 de marzo podrá cruzar los datos de sus usuarios, integrar y 'aprender' más de ellos, con lo cual "mejorarán los anuncios". Esa información es, por tanto, extremadamente valiosa.
La legislación española prevé, especialmente a través del ejercicio delderecho de cancelación, que un ciudadano pueda solicitar el borrado de todos aquellos datos personales cuya retención no esté amparada por otro derecho. En el caso de una red social, los datos que voluntariamente publicamos en nuestros perfiles deberían ser borrados una vez retiramos nuestro consentimiento.